ESPIRITUALIDAD LAICAL

Como  manifiesta el  Vaticano  II existe una equivalencia  de contenido  material entre los términos “cristiano” y “laico”, pues todo lo que podemos señalar como rasgo de un laico o seglar coincide con la de cualquier miembro del Pueblo de Dios que se constituye como tal por el bautismo y la confirmación.

El ser de un cristiano es el ser laical y, por tanto, el ser laico no añade nada al ser  cristiano  y  sólo  tendrá  un  carácter  específico  propio,  diferenciado  de  la identidad  cristiana,  en  su  enfoque  o  en  su  forma,  si  la  comparamos  con  los clérigos o religiosos.

“El  campo  propio  de  su  actividad  (la  de  los  laicos)  es  el  mundo  vasto  y complejo de la política, de lo social, de la economía, y también de la cultura, de las  ciencias,  de  la  vida  internacional,  de  los  medios  de  comunicación  de masas,  así  como  otras  realidades  abiertas  a  la  evangelización  como el  amor, la  familia,  la  educación  de  los  niños  y  jóvenes,  el  trabajo  profesional  el sufrimiento, etc…”(Evangelii nuntiandi –EN-,70)